El uso de  técnicas digitales de documentación, análisis y puesta en valor del patrimonio cultural  no es reciente, aunque sí podemos decir que asistimos actualmente a su generalización, integrándose con fuerza en gran parte de los nuevos proyectos relacionados con el patrimonio. Además, este proceso de “normalización” de las técnicas de arqueología virtual (o virtualización del patrimonio cultural)  se ve acompañado por la aparición reciente de una oferta formativa especializada que trata de proporcionar a los futuros especialistas herramientas y capacidades específicas, así como una visión de conjunto sobre esta disciplina. En este momento se observa una demanda creciente de formación por parte de arqueólogos, arquitectos, ingenieros y gestores del patrimonio cultural (estos son los perfiles más representativos dentro del conjunto de nuestros alumnos). La aparición de nuevas ofertas de formación por parte de diferentes universidades, instituciones y asociaciones es una muestra de la buena salud de que goza en este momento esta disciplina.
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Nuestra apuesta actual se centra en integrar a un colectivo de profesionales que hasta este momento no está participando activamente en el proceso de construcción de lo que conocemos como arqueología virtual o virtualización del patrimonio: los conservadores-restauradores de bienes culturales. En este sentido cabe plantear algunas preguntas:

 

  • ¿Es normal que actualmente este colectivo no participe en el proceso de construcción de esta disciplina?
  • ¿Qué es lo que podrían aportar estos profesionales?
  • ¿Por qué motivo podría estar interesado un conservador-restaurador en conocer este tipo de técnicas y herramientas?

 

En proyectos de intervención sobre el patrimonio arqueológico resulta esencial que  la función del arqueólogo se vea complementada por la del conservador-restaurador; ambos papeles son fundamentales: el conservador-restaurador asesorará, sobre el terreno,  al arqueólogo acerca de la correcta manipulación de los objetos extraídos, su consolidación preventiva, embalaje, transporte y conservación; posteriormente, será el propio conservador-restaurador el que tenga la capacidad, los conocimientos y la habilidad para llevar a cabo procesos de consolidación y reintegración (volumétrica y cromática) de la pieza o estructura para garantizar su perduración en el tiempo y facilitar su correcta lectura e interpretación, tarea en la que se ve asistido por el arqueólogo. Queda, pues, claro el papel fundamental del conservador-restaurador dentro del proceso de intervención en arqueología; los límites entre ambas áreas de conocimiento suelen ser respetados, no se cuestionan.

 

Este esquema, sin embargo, no se está repitiendo en arqueología virtual o virtualización del patrimonio, donde podemos ver cómo suelen ser los propios arqueólogos los que llevan a cabo el proceso completo de documentación, intervención (restauración digital) y puesta en valor de los objetos extraídos. El conservador-restaurador permanece completamente ajeno a todo el proceso, aún cuando dispone de los conocimientos y habilidades para llevarlo a cabo en el mundo real.  Y lo que es peor, perdemos la (valiosa) aportación de conocimientos, ideas y  propuestas con las que estos profesionales nos podrían enriquecer. Esto resulta especialmente llamativo cuando asistimos a debates acerca de la terminología o la ética en arqueología virtual, algo sobre lo que los conservadores-restauradores llevan reflexionando…desde hace siglos (antes incluso de convertirse en una ciencia)!. De hecho, actualmente todo estudiante de Conservación y Restauración de BB.CC. debe cursar materias específicas sobre ética de la conservación y restauración, lo que les permite estar más familiarizados con muchos de estos términos y debates  que cualquier otro colectivo (como el de los arqueólogos).

 

Nos encontramos, por tanto,  ante una realidad algo extraña: la de profesionales capacitados tanto para elaborar reflexiones teóricas sobre las intervenciones sobre el patrimonio, como para intervenir sobre el patrimonio cultural mueble e inmueble, pero en este momento alejados (salvo casos puntuales) de lo que solemos denominar (¿nos equivocamos con el término?) arqueología virtual. O bien se está prescindiendo de ellos, o bien ellos no comprenden exactamente qué pueden llegar a aportar a una clase de intervenciones a la que no están acostumbrados.

 

Creemos que es muy necesario que estos profesionales se incorporen y participen en la construcción de una disciplina en la que deberían estar presentes por pleno derecho y que se vería mejorada con sus aportaciones e ideas. Por este motivo desde la Universidad de Alicante, dentro de la propuesta formativa en Patrimonio Virtual, proponemos una titulación centrada específicamente en la Restauración Virtual. Esta titulación proporciona una formación en técnicas de virtualización del patrimonio aplicadas específicamente a la restauración de patrimonio cultural mueble (piezas y objetos de interés cultural). Está dirigida principalmente a conservadores-restauradores que quieran conocer esta nueva disciplina y deseen aprender  técnicas y herramientas que les permitan llevar a cabo (digitalmente) algunos de los tipos de intervención que están habituados a realizar sobre objetos y estructuras reales. Creemos que puede suponer, además, un buen complemento a su propia formación, haciéndola más versátil y adaptada a los nuevos tipos de intervención sobre el patrimonio cultural.

 

El primer módulo, teórico, se dedica a la  teoría y ética de la restauración de Bienes Culturales y su aplicación en el campo de la virtualización del patrimonio.

 

A lo largo del segundo módulo, práctico, se describe el proceso habitual para la restauración de una pieza u objeto de interés cultural: durante la fase de documentación se obtiene, a través de dos diferentes técnicas de documentación 3D (fotogrametría y escáner láser),  un modelo 3D completo y métricamente riguroso de la pieza sobre la que vamos a llevar a cabo la restitución de las partes faltantes, que se modelarán  en 3D. También se aplicarán técnicas de diseño 2D específicas para la reintegración de partes faltantes en obras de arte con formato bidimensional, como la pintura sobre lienzo y tabla o la  pintura mural.

 

Durante el tercer y último módulo, una vez finalizada la obtención digital de las partes faltantes, aprenderemos a utilizar las diferentes opciones de visualización de la intervención realizada: dentro de las técnicas de visualización digital, el alumno aprenderá a crear, utilizando un motor de juegos (Game Engine),  un visualizador de piezas interactivo, en el que el visitante de un museo o un yacimiento arqueológico puede explorar una pieza virtual en tiempo real y obtener información. También conocerá a utilizar las técnicas de integración del modelo 3D en un entorno de Realidad Aumentada o Realidad Virtual.

 

La parte más importante de este módulo estará dedicado a  la impresión en 3D de las piezas modeladas digitalmente, que pueden ser colocadas sobre el objeto original, aunque también  pueden ser empleadas en talleres didácticos (una pieza que puede ser tocada por los visitantes) o incluso acompañar en vitrina a una pieza original fragmentada que no va a ser reintegrada, facilitando la lectura completa del objeto.

 

Para la finalización del curso y la obtención del título acreditativo, se propondrá al alumno la realización de un proyecto final que incluya la documentación 3D de una pieza u objeto de interés cultural, el modelado de las partes faltantes, la visualización digital del conjunto completo (parte original + restauración)  mediante un visualizador interactivo de piezas y la obtención de una reproducción -mediante impresión 3D- de las partes modeladas, junto con una memoria descriptiva de todo el proceso.

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